No es nuevo escuchar que los perros de pueblo,campo o montaña no tienen problemas de conducta, que son más tranquilos, más sanos física y mentalmente. Que viven mejor, en definitiva, que sus compañeros cosmopolitas: los perros de ciudad.
Esto es debido a:
Su entorno – Al vivir en un ambiente más natural para el perro como puede ser un lugar rural, no se siente encerrado. Tiene mucho más espacio para andar, oler, observar… trabajar la mente. No olvidemos que desde el momento que traemos a un perro a casa ya le estamos metiendo en un ambiente que no es natural para él. Y si además día tras día permanece en la misma zona, esperando el mismo paseo (si es que lo tiene), mismos parques, mismos perros y recibiendo la comida a la misma hora, misma ración… puede hacérsele muy pesado y más si tiene un nivel de energía medio-alto. Por esto es tan importante variar los paseos, los parques, los perros, los olores, los juegos, las cantidades de comida….. El perro necesita motivaciones diarias, de lo contrario surgirá el estrés, la ansiedad y los problemas conductuales.
El modo de vida –
En la cuidad el perro suele estar dentro de casa esperando al dueño, a que llegue de su rutina laboral y le de algún tipo de trabajo. Otras veces están en parcelas o grandes jardines, que siguen siendo lo mismo, grandes jaulas donde esperan la llegada de su guía para hacer algo motivador. Los que tienen suerte tendrán sus 2 ó 3 paseos diarios, los que no la tienen seguirán en su parcela hasta el fin de semana, que, con suerte, saldrán al exterior. Imaginaros estar durante 5 días seguidos sin salir de vuestro jardín, por lo que vuestro nivel de socialización y acercamiento a diferentes estímulos (coches, bicis, sonidos, perros, personas…)va a estar muy poco trabajado, con el consiguiente estrés e inseguridad, probablemente transformados en agresividad defensiva. Al igual que los perros que pasan todo el día en casa y luego salen durante 20 minutos a la calle, viven ese momento con ansiedad y estrés donde además el dueño, a veces, no sabe controlarle y a menudo puede enturbiar más incluso la situación de conflicto. Un perro de campo, acostumbrado a la libertad se comporta de manera sosegada y relajada, pues para él no es una situación estresante ni nueva. Salir a la calle no es un premio.
Contacto humano – Aquí entra el anterior artículo en juego, normalmente en los pueblos, o zonas rurales se trata a los perros de distinta forma, de una forma menos humana, que no por ello es peor, sino todo lo contrario, por norma general. El perro no aprende a estresarse, entiende las normas que, de manera inconsciente se plantean en el día a día y se equilibra mentalmente. Si el propietario trabaja en el campo ese perro tendrá ejercicio mental y físico gran parte del día, ya sea acompañando a su guía en su jornada o trabajando a la par con el. He aquí la esencia, el perro de utilidad, como lo fue en sus orígenes. El perro que se creó para una tarea en concreto y que satisface su conducta innata será un perro satisfecho y “entero” cuando acabe el día. Los perros de pastoreo por ejemplo.
Es nuestra responsabilidad aportar a nuestro perro momentos diarios de motivación mental, son muchos los perros en los que generación tras generación se ha buscado una gran disponibilidad al trabajo y ahora, como “perros domésticos” que son, pasan horas y horas esperando en la casa, llegando algunos a crearse a sí mismos conductas obsesivas por no haberles ayudado a desarrollar esa gran capacidad mental que nosotros mismos hemos buscado y creado en ellos.
Me incluyo entre los propietarios que tenemos perros y vivimos en la cuidad, aún sabiendo que no es el entorno idílico para mi can. Por esto mismo debemos hacer todo lo posible para que se sientan y vivan de la forma más natural para ellos. Solo así, tendremos perros equilibrados y sanos.